10/25/16

Juan Carlos Valls y Ulises Regueiro



SOBRE LA POESIA
Y UNA FOTO MIA TOMADA
POR EL FOTOGRAFO ULISES REGUEIRO
MIENTRAS ESCUCHABA
A JUAN CARLOS VALLS

Varias personas a través del tiempo me han dicho que “la poesía no vende”, incluso alguien llegó a decirme que era inútil. Sin embargo yo la considero elemental e indispensable, tanto como cualquiera de las artes o la misma ciencia. Antiguamente los poetas escribanos fungían como pilares necesarios en la sociedad, eran los que por encargo retribuído se dedicaban a redactar cartas de amor y componer poesías para los enamorados, y los aedos iban por las calles cantando sus poesías y la gente les pagaba por ello, incluso eran contratados por individuos económicamente privilegiados para animar sus fiestas o actividades de recreo o eran patrocinados por las cortes. Por supuesto que hoy por hoy, como tantas grandes creaciones a través de la Historia, la poesía ha evolucionado aunque haya quedado relegada a espacios elitistas, pero existe, así no sea remunerada o respetada como debe ser, y cumple una función orgánica dentro de la humanidad, porque entre otros beneficios es válvula de escape que evita calamidades, o por lo menos ayuda a sobrellevarlas. La poesía es una explosión, lava volcánica, lanza con punta muy afilada pero también escudo, y es angustia y belleza, se debate en arenas movedizas donde sale invicta aunque nazca en la oscuridad de cuartuchos inmundos.

Muchsímos poetas son suicidas en potencia (ésta en mi opionión muy personal de modo que el que me está leyendo tiene todo el derecho a disentir), gracias a la poesía la mayoría logra salvarse. El suicidio puede ser metafórico o real, el primero poco a poco va perforando el espíritu hasta desmembrarlo, es muy interior y emocionalmente frágil, el segundo es redentor, heroico, insurgente, ambos muy intensos. El poeta no es un comerciante por antonomasia, es un doliente, un soñador, un romántico, un testimonio de su época, esa es su verdadera naturaleza, y se lo hace sentir a quienes lo escuchan y profundamente a quienes en la poesía encuentran una voz.

¿Qué hace sentir un poeta cuando nos lee una de sus poesías y mientras lee nos convoca demandante a percibir su pasión tal y como él la sintiera cuando la escribía? Suceden muchas cosas, se abren muchas grietas, el universo estalla y nos entregamos sin resistencia a las emociones, y eso fue lo que sucedió en la presentación que hiciera Silueta del poemario de Juan Carlos Valls (Los días de la pérdida y la soberanía del deseo | Editorial Silueta | Septiembre, 2013), ese fue el impacto de la lectura en la audiencia, tan receptiva y entregada al fuego elocuente del poeta.  Desdichadamente no recuerdo exactamente qué poema él estaba leyendo cuando Ulises me tiró esta foto (que por cierto, no existe fotógrafo -o muy pocos- que capte las expresiones psicofisiológicas como él, todo un maestro), pero en memoria de aquél instante de visceral encantamiento, bajo aquí uno de los textos del libro:

“me escribo cartas como si fuera peligroso contar a los demás lo que pienso de mí. me pregunto si podré responder con la misma sinceridad tantas preguntas que me he hecho con el alivio del saber que ese otro yo no existe. a pesar de que escribo y escribo, a pesar de que en las noches cuando salgo a reviser las escaleras no pierdo la esperanza de que alguna vez responda.”

Muchas gracias a Juan Carlos Valls y Ulises Regueiro.


Para adquirir el libro: silueta@editorialsilueta.com

No comments: